Tras el debate abierto en la entrada anterior y en los comentarios de todos vosotros creo que es buen momento de analizar que creencias y estereotipos se dan en las relaciones humanas dentro de las organizaciones y que son los que marcan su devenir.
Puede que algunos estén más fundamentados que otros, pero la verdad es que en cualquier organización se dan siempre, con mayor o menor intensidad, pero se dan.
Los vamos a enumerar desde todos los sujetos que interaccionan en las organizaciones.
Sobre el empleado:
- El trabajador es vago por naturaleza.
- El empleado rara vez merece el sueldo que gana.
- Si un empleado realiza su tarea en X tiempo y lo puede reducir, seguro que no lo hace. Es decir, si puede tardar 5 horas en algo que en teoría tardaría 6 horas, al final usará las 6 horas.
- Un buen porcentaje de la jornada laboral el empleado está perdiendo el tiempo.
- El empleado mira siempre por sus intereses exclusivamente, nunca por el bien de su organización.
- Siempre que pueda, el empleado ve los cambios de las organizaciones de las que forma parte como problemas que le afectan a él en particular.
- Los cambios de las organizaciones siempre son para pero según los empleados.
- Si un empleado puede hacer algo para que recriminen a un superior, seguro que lo hará.
- El empleado sólo entiende el látigo como único sistema de aceptar lo que se le manda.
Sobre los jefes y/o empresarios:
- Los jefes sólo están para incordiar a los subordinados, por definición y por naturaleza.
- Los superiores nunca escuchan a sus subordinados y menos tenerlos en cuenta.
- Los superiores son expertos en decir frases bonitas pero vacías de contenido: ‘conservar el talento’, ‘premiamos los esfuerzos’, ‘buscamos el compromiso mutuo’,….
- Los empresarios sólo quieren enriquecerse a costa del sudor y sufrimiento de los empleados.
- Los superiores sólo saben imponer lo que quieren hacer a base del látigo.
- Si un superior puede prescindir de un miembro de su equipo para hacer el mismo trabajo, aunque el resto estén más estresados, prescindirá de él.
- Las directivas sólo ven a los subordinados como meros números.
- Los jefes sólo ven que les vaya bien a ellos y no les importa como les vaya a sus subordinados.
- Un cambio propuesto por un superior siempre es un problema, nunca una oportunidad.
Y esto es sólo un pequeño resumen de creencias y estereotipos que están extendidos en mayor o menor medida dentro de las organizaciones.
¿Creéis que no?
Está claro que no se dan en todas las organizaciones y aunque se den, se darán en distintas intensidades y a lo mejor no en todos los miembros de la organización, pero que este resumen de creencias existe y está extendido es un hecho.
Y es este el momento en el que debemos de hacer una reflexión para el futuro cercano dentro de las organizaciones. ¿Podríamos decir que jefe y subordinado son las dos caras de una misma moneda?
Un empresario posee un proyecto y emplea unos recursos para desarrollarlo, pero necesita de mano de obra para ponerlo en marcha. No puede sobrevivir sin los empleados.
Los trabajadores necesitan de un trabajo para poder recibir una retribución que les permita cubrir sus necesidades fundamentales, con lo cual necesitas que un empresario de trabajo.
Si entendemos que no pueden existir el uno sin el otro, ¿por qué existen entonces las creencias o estereotipos anteriores?
Por otro lado, un superior resultará ser exitoso en su trabajo si su equipo es exitoso. Los subordinados tendrán también éxito, si el grupo humano al que pertenece también lo tiene.
Entonces ¿por qué siempre existe el antagonismo entre estas dos figuras, si uno sin el otro no pueden existir por separado?
Malo del superior que busca su bien a costa del perjuicio de sus subordinados. Malo también del empleado que busca su éxito individual sin importarle lo que le ocurra a la organización de la que forma parte.
Es aquí cuando debe de entrar a jugar el management y sobre todo el arte de cada uno para la resolución de conflictos.
El futuro de las organizaciones y del management pasa porque se rompan estos estereotipos y estas creencias que no son más que barreras. Claro que es difícil, pero ese debe de ser su cometido. El posicionarse en una dirección o en otra ha sido el error hasta la fecha. Hay que conseguir posicionarse en los dos lados de la balanza a la vez.